INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era (Aleluya).
HIMNOSalmodia
ANTÍFONA 1
No podéis servir a Dios y al dinero.
Salmo 48 I
VANIDAD DE LAS RIQUEZAS
Oíd esto, todas las naciones,
escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres;
mi boca hablará sabiamente,
y serán muy sensatas mis reflexiones;
prestaré oído al proverbio
y propondré mi problema al son de la cítara.
¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y me acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse
ni dar a Dios un rescate?
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa.
Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños.
El sepulcro es su morada perpetua
y su casa de edad en edad,
aunque hayan dado nombre a países.
El hombre no perdura en la opulencia,
sino que perece como los animales.
Se dice Gloria al Padre.
Se puede repetir la antífona
No podéis servir a Dios y al dinero.
ANTÍFONA 2
«Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.
Salmo 48 II
Éste es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo,
la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura
y el abismo es su casa.Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo
y me lleva consigo.No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él.Aunque en vida se felicitaba:
«Ponderan lo bien que lo pasas»,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz.El hombre rico e inconsciente
es como un animal que perece.
Se dice Gloria al Padre.
Se puede repetir la antífona
«Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.
ANTÍFONA 3
Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
HIMNO A DIOS CREADOR.
Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Se dice Gloria al Padre.
Se puede repetir la antífona
Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
LECTURA BREVE
RESPONSORIO BREVE
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona
Todos vosotros sois hermanos; no deis entre vosotros a nadie el título de padre, porque uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos; ni os proclaméis maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
Cántico de la Santísima Virgen María
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Se dice Gloria al Padre.
Se puede repetir la antífona.
Todos vosotros sois hermanos; no deis entre vosotros a nadie el título de padre, porque uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos; ni os proclaméis maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
PRECES
Oremos a Jesús, el Señor, que levantado en la cruz atrae a todos hacia él, y digámosle:Se pueden añadir algunas intenciones libres.
-Atrae, Señor, a todos hacia ti.
Señor, que la luz con que resplandece el misterio de la cruz atraiga a todos los hombres,
-para que te reconozcan como camino, verdad y vida.
Da tu agua viva a todos los sedientos de verdad,
-para que su sed quede eternamente saciada.
Ilumina a los científicos y a los artistas,
-para que el progreso sea también camino de salvación.
Mueve los corazones de los que se apartaron de ti a causa del pecado o del escándalo,
-para que se conviertan a ti y permanezcan en tu amor.
Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro.
ORACIÓN
Señor, vela con amor constante sobre tu Iglesia, edificada en la debilidad humana, y, pues sin ti la naturaleza mortal sucumbe, que tu protección la preserve siempre del mal y la encamine por las sendas de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.