Libertad

Pbro. Ernesto María Caro

Uno de los elementos que nos hacen ser semejantes a Dios es la libertad, por ello en lo más profundo del corazón del hombre está impreso este anhelo, de ser totalmente libre. La opresión, como bien lo señala San Pablo nace del pecado, que esclaviza y destruye al hombre. Este pecado se hace concreción de muchas y muy diversas maneras, pero pude ser identificado, pues destruye y oprime, privando de la libertad a los hombres. El hombre ha buscado siempre esta ansiada libertad sin haber obtenido muchos resultados. Continúa siendo oprimido por las estructuras sociales, por el medio económico, por las guerras y las enfermedades. Y es que la verdadera libertad se encuentra sólo en Cristo, que con la fuerza del Espíritu Santo nos hace ser verdaderos moradores del Reino de los cielos en donde se puede vivir en verdad la justicia, la paz y el gozo en el Espíritu Santo. Al celebrar nuestra independencia, oremos al Señor para que la verdadera libertad sea una realidad en todos los mexicanos, más aún, en todos los hombres.

Oremos para que todas las estructuras sociales se impregnen del poder redentor y liberador del Evangelio, para que los que tienen en sus manos el hacer concreta esta liberación integral del hombre, se dejen conducir por el Espíritu Santo, para que cada mexicano y cada hombre pueda experimentar la alegría de los hijos de Dios.

“Con alegría testimoniamos que en Jesucristo tenemos la liberación integral para cada uno de nosotros y para nuestros pueblos; liberación del pecado, de la muerte y de la esclavitud, que está hecha de perdón y de reconciliación.” SDom 123