Diócesis

Pbro. Ernesto María Caro

Para que la Iglesia pueda trabajar ordenadamente se han creado, desde la primera Iglesia, lo que se llaman las “Iglesias Particulares”, es decir una pequeña porción del pueblo de Dios encomendado al cuidado pastoral de un obispo. En el principio estas eran muy pequeñas en número pero muy extensas en territorio. Así por ejemplo estaban las Iglesias de “Corinto”, de “Éfeso”, de “Tesalónica” a las cuales el apóstol San Pablo escribe. Cada una de ellas estaba dirigida y atendida pastoralmente por un obispo, el cual tenía sus “presbíteros” y “diáconos”. Esto es lo que hoy conocemos como “Diócesis”, es decir, una región territorial encomendada a un obispo. Las diócesis pueden ser más o menos grandes, pero siempre tendrán un Obispo encargado al cual se le conoce también con el nombre de “Ordinario”. Si la diócesis es muy grande (como por ejemplo la de Monterrey), ésta necesitará de “Obispos Auxiliares”, que aun siendo también obispos, están bajo el cuidado pastoral del “Ordinario”. Para un mejor trabajo entre las diócesis, se han creado lo que se llamaban “Regiones pastorales” las cuales comprenden una serie de Diócesis. El coordinador de esta región pastoral recibe el título de “Arzobispo”.