Noche Buena 2005

Pbro. Ernesto María Caro

NOTAS

Esta celebración está basada en las catequesis que hacían los judíos en la Celebración Pascual para instruir a los hijos en el significado profundo de la celebración y de lo que implicaba el ser judíos; sobre el lugar que tenía la ley en su vida y lo que Dios había hecho por ellos. Hasta el día de hoy es el más pequeño el que participa y así todos vuelven a oír la historia de la Pascua y lo que Dios hizo con y por ellos.

Viendo cómo la vida moderna ha desgastado terriblemente el sentido original de la Navidad y que muchos de los niños en realidad ya no saben qué es lo que celebramos los cristianos, hoy retomamos esta pedagogía para que especialmente ellos sepan el significado de la celebración de la Navidad y lo que esto implicó para la humanidad, y de manera particular, lo que Dios hizo por cada uno de nosotros.

Si habrá cena, la celebración se hace antes de iniciar ésta.

Si han de intercambiar regalos, es conveniente que estos se den después de la cena para que precisamente la celebración dé el sentido al intercambio de regalos. Además, esto permite que se cree un ambiente más sobrio en la celebración. De lo contrario se crea ya un estado de excitación que no favorecerá la catequesis.

Se debe tomar en cuenta que la celebración nos llevará alrededor de unos 30 minutos.

Para esta celebración es conveniente que los que han de participar (generalmente la familia) estén sentados todos alrededor de la mesa en la que se va a cenar (o en la sala de la casa). Se debe de tener un cirio (o vela grande) adornada con esferas y motivos navideños. Esta deberá estar al centro de la mesa o de la sala (debe estar apagada). Se necesita al menos una Biblia ya marcada con los pasajes que se usarán para no estarlos buscando a la hora de la hora.

Es útil que todos los que participen tengan una copia del texto para no estarlo pasando y que sea más ágil la celebración.

La celebración la guía el padre de Familia o quien toma el lugar de conducción de la familia. En ausencia del padre, puede ser uno de los tíos, o el hermano mayor. Sin embargo, puede ser cualquier adulto que se designe.

Es muy conveniente que sea el niño más pequeño quien por primera vez participe de esta celebración. Sin embargo, puede ser cualquiera de los niños presentes e incluso participar varios de los niños, tomando cada uno de los papeles de los diferentes niños que intervienen.

La niña, conviene que sea también la más pequeña o la que por primera vez participa de la celebración. Pero se aplica lo mismo que dijimos previamente.

Los lectores pueden ser cualquiera de los participantes en la celebración.

MATERIAL

  • 1 Cirio mediano (que pueda ser transportado fácilmente por el más pequeño de los hijos)
  • 1 cajita de cerillos o encendedor
  • 1 Biblia
  • Hojitas de participación suficientes para los participantes
    • Ernesto María, Sac.
      Evangelización Activa
      Comunicación Digital al Servicio del Evangelio

      ACERCANDO LA BUENA NUEVA DEL EVANGELIO A TU CORAZON

      Navidad 2005

      Noche buena en familia

      CELEBRACIóN

      Una vez que está todo el material repartido y
      todos sentados, se abre la celebración
      con el niño más pequeño

      Niño: Papá, ¿por qué esta noche es diferente?

      Papá: Porque esta noche es Navidad.

      Niño: Pero, ¿y que es Navidad?

      Papá: Bueno, la Navidad es la fiesta que estableció la Iglesia para que nosotros los cristianos celebremos el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios, nuestro Salvador.

      Niño: Oye papá y si Jesucristo es Dios, ¿por qué fue necesario que se hiciera hombre y naciera entre nosotros?

      Papá: Fue necesario porque el hombre se había apartado de Dios y había rechazado hacer la voluntad de Dios. Esto formó una barrera entre Dios y el hombre, hecha de soberbia, de envidia y de odio, quedando cerradas las puertas del cielo. Fue por ello que Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a todos lo que vivíamos bajo la ley del pecado (cf. Gal 4,4).

      Niño: Cuéntanos por favor cómo fue el nacimiento del Hijo de Dios.

      Papá: Pues bien, dejemos que sea san Lucas quien nos lo cuente.

      Un lector lee directamente de la Escritura Lc 2, 1-7

      Niño: ¿Y por que nació en un pesebre?

      Papá: Bueno, pues como lo escuchamos, fue entonces cuando le llegó el momento de dar a luz a su Madre, la Santísima la Virgen María. Fue así como nos mostró la actitud que deberíamos tener en el futuro sus seguidores y aceptar con agrado la vida, tal y como se nos va presentando con las dificultades y sufrimientos que ésta tiene. Para que nos diéramos cuenta que no son las cosas o los lugares los que nos hacen disfrutar, sino el saber que Dios está con nosotros y que la felicidad no viene de fuera sino de dentro de nosotros.

      Niña: Cuéntanos mamá como era la Virgen María.

      Mamá: Mejor dejemos, que alguien que la conoció muy de cerca nos lo cuente.

      Otro lector lee directamente de la Escritura Lc 1,46-56

      Mamá: En este pasaje vemos que la Madre de Jesús era una mujer llena de fe… que vivía en oración. Una mujer muy sencilla, que sabía siempre aceptar lo que Dios le pidiera y que amaba entrañablemente a todos sus parientes y amigos… buscaba siempre, la forma de agradar a los demás.

      Papá: Es por eso que de ella tenemos mucho que aprender. En esta noche la vemos llena de alegría con Jesús entre sus brazos… pero un día sabrá entregarlo a Dios en la cruz.

      Niño: Papá, ¿es por eso que tenemos esta hermosa fiesta hoy?

      Papá: Efectivamente, hoy celebramos con una gran fiesta, que con la llegada de Jesús a nuestro mundo, Dios cumplió su promesa de salvarnos y de darnos una nueva vida… esta alegría de la Nueva Vida que nos trajo Jesús, es la que nos hace estar contentos y reunidos como familia cristiana.

      Niño: Papá, y ¿qué significa esta hermosa vela que está al centro de la mesa?

      Papá: El profeta Isaías nos dice que esta es la noche en la que brilló la luz del mundo haciendo desaparecer las tinieblas de nuestros corazones. Escuchemos:

      Se lee Is 9,1-6

      Al terminar la lectura, el padre de familia dice
      con voz jubilosa y enfática:

      Papá: Brille, pues, ahora la luz de Dios en nuestra casa: ¡Cristo, el Señor, ha nacido!

      Se enciende el cirio. Preferentemente que lo haga
      el niño que abrió la celebración.

      Papá: Jesús, nuestro salvador es la luz que Dios mandó a nuestro mundo para iluminar nuestra vida, nuestro corazón y nuestra misma familia. Escuchemos lo que nos dice el evangelista san Juan:
      Se lee Jn 1,1-14

      Papá: Es por ello que todo aquél que acepta la luz de Cristo empieza a ser hijo de Dios. Como signo de esta aceptación, tome cada uno en sus manos el cirio.

      Si están alrededor de la mesa del comedor, el niño que encendió el cirio es el primero en tomarlo y lo pasa hacia su derecha para que cada uno lo tome y lo pase al siguiente hasta regrese de nuevo a donde inició. Al pasarlo se dice:

      Niño: Brille la luz de Cristo en tu corazón.

      Si es en una sala, entonces el niño toma el cirio y lo ofrece a cada
      uno de los participantes mientras le dice lo mismo que se dijo anteriormente. En este caso cada uno de los participantes toca el cirio y al terminar se pone de nuevo al centro.

      Papá: Nosotros hemos creído que Jesús, es el Mesías, el hijo de Dios y lo hemos recibido como luz de nuestro corazones por eso somos todos hijos del Padre Celestial y por ello los invito a que todos nos unamos en oración para decir:

      Todos: Padrenuestro…

      Papá: Oremos:

      Dios y Padre nuestro que has iluminado nuestro corazón con el nacimiento de tu hijo Jesucristo, haz que nuestras buenas obras testifiquen nuestra pertenencia a tu familia y que, viviendo conforme al Evangelio, podamos irradiar esta luz a toda la humanidad. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios por los siglos de los siglos. Amén.

      Mientras se persignan todos dicen:

      Todos: Que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

      Se concluye la celebración con la cena y
      al final de ésta se comparten los regalos.

      ¡FELIZ NAVIDAD!

      Ernesto María Caro, Sac.