Sexualidad y Castidad
Pbro. Ernesto María Caro
Pregunta:
Padre, Quisiera que me aconsejara ¿qué se puede hacer para obtener la fortaleza necesaria para esperar hasta el matrimonio, en especial cuando todos a mi alrededor se burlan de mi (en muchos sentidos) porque mi novio y yo no hemos tenido intimidad sexual?
Respuesta:
Querida hermana: la verdad es que en un medio en el que el demonio se ha apoderado de los medios de comunicación es difícil mantener una relación de castidad en el noviazgo y no se puede hoy llevar una relación casta sin la ayuda de Dios. Lo primero que te quisiera decir es que a pesar de todo lo que el mundo te pueda decir sobre esto, nosotros los cristianos creemos que la palabra de Dios es la fuente de nuestra conducta moral y que el vivirla es la garantía de que seremos felices, como claramente lo dice la Escritura cuando afirma: “En tu palabra encuentro mi delicia” (Sal 119, 24).
Sabemos que no siempre es fácil y este tema de la castidad es uno de los más difíciles, quizás sobre todo como te digo por el medio tan hostil en el que vivimos. La palabra de Dios nos instruye sobre este tema y nos hace saber que la fornicación no es agradable a Dios (6º mandamiento), que es pecado y por lo tanto fuente de destrucción (Rm 6, 23). Por ello no cejes en tus principios pues al vivir castamente le das claras muestras a Dios y a tu novio que lo amas y que el amor que le tienes no se basa en las cosas sensibles, las cuales siendo importantes, no son capaces de sostener toda una vida.
La fuerza, pues, para vencer esta tentación es la gracia, es el contacto frecuente con Dios, es el dejarse llenar hasta los bordes del amor poderoso y santo de Dios (la oración y la eucaristía). A este respecto nos dice el apóstol San Juan: “En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados” (1Jn 5, 3). Verás, pues, que en la medida en que tu corazón y el de tu novio estén llenos de este amor, realmente no será pesado guardar este mandamiento, y podrán realizar un matrimonio maravilloso, pues si han sabido serle fieles en lo poco no duden que les confiará lo mucho. Y no te preocupes de que te critiquen al contrario, como dice Jesús:
“Bienaventurada serás cuando te insulten y persigan, y digan falsamente todo género de mal contra ti, por causa de mí y del evangelio. Regocíjate y alégrate, porque tu recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que vivieron antes que tú.” (Mt 5, 1-12).
De manera que si dicen cosas de ti porque tú eres fiel, alégrate, este es el mejor signo de tu pertenencia a Cristo.